No me ha ido mal estos primeros años de mi carrera ,
pero creo que podría haberme ido mejor si hubiese actuado de
forma diferente en algunos momentos.
Espero que estos consejos te sean de utilidad si
estudias o pretendes estudiar medicina; los he escrito con la mayor honestidad
y sinceridad posible.
1. No estudies en base a lo que tus compañeros digan que han
estudiado
¿Cuántas veces habré escuchado el famoso “ni me lo he
mirado” o el “vengo a probar suerte” justo antes de un examen? Luego todo son
notables, excelentes y matrículas de honor caídas del cielo.
Estudia en base a tu propio criterio, no te dejes
influenciar por nadie en concreto.
2. No presumas de estudiar medicina
¿Tienes algún motivo para hacerlo que no sea el de
satisfacer tu ego?
Hay una diferencia fundamental entre orgullo
y ego. El ego es inestable, necesita de la aprobación externa y lo único
que conseguirás con él es parecer un gusano.
El orgullo, en cambio, nace de dentro, representa tus
valores, tus ideales, tus méritos, y lo construyes día a día.
Debes estar orgulloso de estudiar lo que siempre has
querido, pero no por ello necesitas satisfacer tu ego predicándolo a los cuatro
vientos, o como hacen algunos, dejándolo caer como quien no quiere la
cosa.
3. No necesitas ir a clase ni para aprobar ni para sacar
nota
Tantea el terreno los primeros días, cada profesor es
un mundo: algunos se ciñen a lo que dan en clase a la hora del examen, otros
prefieren inventarse el temario con la excusa de que deberíamos estudiar de los
libros.
A los primeros es más útil escucharlos que a los segundos.
4. Ve a clase todos los días
Sí, el punto anterior no contradice este.
Yo he estado un cuatrimestre entero y parte del siguiente
sin ir a ninguna clase. Decía que estudiaría durante esas horas, pero me
engañaba a mí mismo.
Lo único que hacía era perder el tiempo
Todo acabó cuando un día me miré al espejo y me pregunté:
¿de dónde ha salido este niña que no hace nada en casa y tampoco
estudia
Hasta que no llegan los exámenes se vive muy bien como
estudiante, pero si no asistes a clase y desconectas puedes no volver a
conectar nunca más y empezar a naufragar.
5. Si quieres sacar matrículas, ponte a estudiar antes de lo
que lo hacemos la mayoría
No tiene más misterio. Déjate de teoría
extrañas y de capacidades innatas porque al final esto no son más que
excusas baratas.
Aquí no hay ni listos ni tontos, aquí hay vagos y
perezosos o constantes y dedicados.
6. Sé honrado, pero no ignorante
Si no te sabes una respuesta y puedes copiártela de alguien
que intuyas que sí la sabe, copia. En esta vida no solo se vive de buenas
intenciones.
Ahora bien, no te ganes la fama de copión. Todos
hemos echado un ojo al examen de al lado alguna vez, pero hasta un cierto
límite.
Personalmente, no me importa que se copien de mí, pero
aborrezco que abusen o me pregunten directamente (y menos si no he terminado el
examen).
7. Preséntate a todos y cada uno de los exámenes
Jamás he entendido como hay gente que no se presenta a un
examen porque “lo lleva mal”. Es duro estar haciendo un examen y no saber qué
responder, lo entiendo, pero es fundamental que asistas, conozcas
como pregunta el profesor y memorices las preguntas para que en la recuperación
vayas con pies de plomo.
Y te lo digo: no serías el primero que diciendo eso ha
aprobado porque al final resulta que sí que lo llevaba bien o porque, aludiendo
al punto anterior, ha echado un ojo al de al lado.
8. No siempre dando se recibe, pero si te piden da
Me refiero a apuntes, exámenes, resúmenes, etc.
Nunca sabes en qué momento irás apurado y te hará falta una ayuda extra.
Hoy por ti, mañana por mí, esa es la clave del
éxito.
9. No te martirices por sacar un aprobado (o incluso un
notable)
Los estudiantes de medicina estábamos acostumbrados a sacar
excelentes en bachillerato, pero la facultad es otro mundo. Puedes
estudiar mucho y suspender o estudiar poco y aprobar. No pasa nada.
Al menos en mi facultad tenemos más de 60 asignaturas a lo
largo de toda la carrera (y creo que me quedo corto con ese número). Tranquilo
que por un 5 no vas a manchar tu expediente si tanto te preocupa.
10. Coge con pinzas lo que te digan los amigos de cursos
superiores
Te voy a poner un ejemplo personal. En mi año,
en el examen de psicología, los alumnos se dividieron en dos clases. Los que
entraron primero lo hicieron en una clase separados por varias filas y
controlados por una profesora con mala leche. A los que entramos más tarde, por
el contrario, nos tocó la lotería: el profesor no había reservado más aulas y
tuvimos la suerte de hacer el examen pegados los unos a los otros.
Si lo analizo objetivamente era un examen difícil (10
preguntas escritas de un temario larguísimo), pero hice el examen,
literalmente, al lado de mi compañero de piso. Y si le añadimos que el profesor
era un bonachón, el resultado es hacer un examen como si estuviésemos en un bar
de tapas: comentando las preguntas en voz alta y riéndonos de la situación en
medio del examen.
Cabe decir que no me ha vuelto a pasar, fue algo excepcional
que siempre que lo recuerdo me entra la risa. Pero esto me condiciona pues a
pensar que la asignatura de Psicología “fue fácil”, al menos para mí.
Dudo que los compañeros de la otra clase piensen lo
mismo…
11. La medicina debería ocupar un lugar importante en tu
vida
No todo en esta vida es medicina, pero debes recordar
que has entrado en esta carrera para ser médico, no pierdas el norte.
No sé tú, pero la matrícula en Cataluña no es barata, y eso
que mi universidad es pública. Así que céntrate y deja todos tus
rollos mentales para después de los exámenes, que tiempo habrá.
12. La competitividad siempre estará presente
En algunas facultades es más descarada, en otras hay que
leerla entre líneas. Pero repito: siempre estará ahí.
Puede que te digan sutilmente “ya te pasaré los apuntes” y
te quedes esperándolos toda la vida. Puede que cuando salgan las notas comparen
la suya con la tuya. O que simplemente se autocritiquen por no haber llegado al
excelente.
Actitudes que rozan lo ridículo si se piensa en los valores
que un médico supuestamente debe tener.
13. No digas a todo el mundo lo que has sacado en un
examen
Si te preguntan di solamente si te ha ido bien o mal.
Comenta tus notas con tu familia y, si quieres, con los amigos más
cercanos, pero no las prediques a diestro y siniestro.
No entres en el juego de la competitividad porque
el principal afectado serás tú.
14. Empatiza con tus compañeros, no solo con los pacientes
Con esto me refiero a celebrar los buenos resultados
académicos cuando un compañero ha suspendido o no le ha ido como él querría.
Cada uno libre de hacer lo que quiera y seguramente haya
opiniones encontradas en este apartado, pero yo, por respeto y educación, en
este caso no celebro mis notas. O al menos no manifiesto
externamente mi extrema alegría delante de dicha persona. Más que nada
porque a mí no me gustaría que me lo hiciesen.
Lo que más odiamos cuando sufrimos una
derrota en cualquier ámbito es que nos restrieguen las victorias ajenas,
ya sea directa o indirectamente.